
De Hormigas y Variables
PONER NOMBRE A LA BESTIA
En la anterior entrega hablamos por primera vez del intento de definir los mercados como un sistema, básicamente porque la simple comprensión de cualquier problema complejo pasa por definirlo como un sistema lo que, al menos, nos permitirá descartar en bloque posibles métodos de solución o, en una aspiración más modesta, simplemente entenderlo algo mejor.

Hasta este punto ya hemos descubierto algunos aspectos interesantes de este sistema que denominamos “mercados financieros”. Sabemos que es un sistema que intercambia información, lo que nos es muy útil, porque nos permite interaccionar con él. Precisamente por ello también lo podemos definir como un SISTEMA ABIERTO. Y, por si fuera poco, el hecho de intercambiar información también nos permite descubrir que cambia y se modifica a lo largo del tiempo, por lo tanto también es un SISTEMA DINÁMICO.
También descubrimos que es un SISTEMA NO-LINEAL, encuadrado dentro de lo que se conoce como Teoría Matemática del Caos. Eso nos dice que es muy difícilmente predecible y que pequeñísimas variaciones en cualquiera de sus partes o elementos, puede provocar enorme variaciones en todo el conjunto o en algunas de sus partes.
Por ahora sabemos que el sistema «mercados financieros» es abierto, dinámico y no lineal, de tipo caótico.
HORMIGAS Y OTRA VARIABLES
Justo en este punto vamos a tomar una pequeña desviación, que nos va a dar probablemente otra posible característica genérica de este archicomplejo sistema.
Recuerdo que en un día de principio de primavera, después de mi habitual paseo, me senté en un banco. Clavé la vista en el suelo y una cantidad enorme de hormigas andaban atareadas para aquí y para allá.
Yo estaba dándole vueltas a las variables con las que debería enfrentarme para definir el sistema “mercados”. ¿Sería un número finito? ¿Tendería a infinito? ¿Cuántas serían ocultas? ¿Podrían, al menos, definirse por grupos concretos, aunque no pudieran cuantificarse?
Y, en esas, vinieron las hormigas a echarme una mano.

Allí las tenía, a mis pies. A miles. Por decenas de miles, mejor. Unas hacia aquí, otras hacia allá. Las más marcando senderos de ida y vuelta, las menos sin aparente destino. Las unas ocupadas, cargadas. Las otras no. A veces chocándose, pero en un caos aparentemente bien organizado.
Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones ocultas en el hormiguero.
Imaginé que cada hormiga individual era un activo del mercado. ¿Cómo podría predecir el próximo movimiento de cualquier elemento de aquella vorágine de individuos? ¿Siguiendo sólo a ese individuo? ¿Siguiendo al grupo del que forma parte? ¿Descubriendo las leyes que mueven a todo el hormiguero?
Y si quisiera descubrir qué ocurría con todo el hormiguero; cuál era su estado actual o cual su propósito final, ¿cuál sería el camino más correcto?
CONTANDO HORMIGAS PEREZOSAS
Supongamos que fuese capaz de identificar y numerar TODAS las hormigas del hormiguero (o todas las variables del sistema). Podría computar sus movimientos una a una, sus idas y venidas, sus cargas y descargas, sus tareas. Y, todavía más, ¿podría llegar a prever y anticipar sus movimientos?

Recuerdo en este punto que hace un tiempo leí que un estudio así ya había sido realizado por un grupo de científicos, descubriendo (para su sorpresa) que estudiando por separado a sus individuos, una buena parte de las “siempre laboriosas” hormigas realmente eran una holgazanas consumadas, que andaban de aquí para allá sin destino ni provecho [como muchos de los activos en los mercados, añadiría yo].
Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones en el hormiguero.
Pero volvamos al supuesto anterior: ¿analizar TODAS las variables posibles del sistema nos aportaría gran información? Concluí que mucha información, sí; pero seguramente su valor en conjunto fuese irrelevante, en gran parte, por contradictoria. Unas van, otras vienen, unas cargan, otras no, unas salen, otra se quedan…
¿Y si las estudiásemos por grupos? Un estudio de tipo modular [llamémosle sectorial, si pensamos en el mercado]. Describir los distintos tipos de tareas y estudiar como una única variable grupal a todas las hormigas del hormiguero dedicadas a cada determinada labor.
Eso parecería más lógico y asumible. Sin embargo, cómo podemos estar seguros de que no existen interacciones entre grupos, o que los grupos se componen y descomponen, o que forman unidades más o menos fijas en su composición y funciones.
Y, no sólo eso. Qué nos diría sobre el objeto del hormiguero en su conjunto, la tarea puntual de un grupo de obreras, de soldados o de exploradoras. Probablemente continuaremos sin saber su dimensión real, ni siquiera de los grupos que la componen.
Al final llegó hasta mí la inspiración: el hormiguero es un sistema orgánico complejo. NO importa cuantos elementos lo componen, ni cuántos grupos, ni subgrupos, ni sus ocupaciones fijas o momentáneas.

Las variables que lo componen NO TIENEN NINGUNA IMPORTANCIA, porque el ente, el sistema, el organismo en un SUPERORGANISMO. El hormiguero en su conjunto es una unidad, y sus reglas son claras: sobrevivir, reproducirse y expandirse, creando nuevos hormigueros. Las variables que lo componen son irrelevantes porque es un SISTEMA HOLÍSTICO.
El Holismo considera que el «todo» es un sistema más complejo que la simple suma de sus partes constituyentes o, en otras palabras, que su naturaleza como ente no es derivable de sus elementos constituyentes. Postula cómo estos sistemas y sus propiedades deben ser analizados en su conjunto y no a través de los elementos que los componen. Analiza y observa el sistema como un todo integrado y global que, en definitiva, determina cómo se comportan las partes y no al revés.
Las variables que lo componen NO TIENEN NINGUNA IMPORTANCIA. El hormiguero (como el sistema «mercados») es un SUPERORGANISMO.
Hasta ahora sabíamos que el sistema «mercados financieros» era abierto, dinámico y no lineal, de tipo caótico. Ahora sabemos también que es holístico, como lo que el valor de la identificación y estudio de sus partes o variables probablemente sólo nos aportará información parcial y poco relevante sobre el conjunto del sistema. Una vía que sólo un trader 3.0 sabe que no vale la pena transitar. O al menos, dedicar grandes esfuerzos.
Y este es un buen punto donde dejarlo por hoy.
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De Hormigas y Otras Variables
Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones más dentro del hormiguero.