Categoría: Para Traders 3.0

De Hormigas y Variables

De Hormigas y Variables

PONER NOMBRE A LA BESTIA

En la anterior entrega hablamos por primera vez del intento de definir los mercados como un sistema, básicamente porque la simple comprensión de cualquier problema complejo pasa por definirlo como un sistema lo que, al menos, nos permitirá descartar en bloque posibles métodos de solución o, en una aspiración más modesta, simplemente entenderlo algo mejor.

Hasta este punto ya hemos descubierto algunos aspectos interesantes de este sistema que denominamos “mercados financieros”. Sabemos que es un sistema que intercambia información, lo que nos es muy útil, porque nos permite interaccionar con él. Precisamente por ello también lo podemos definir como un SISTEMA ABIERTO. Y, por si fuera poco, el hecho de intercambiar información también nos permite descubrir que cambia y se modifica a lo largo del tiempo, por lo tanto también es un SISTEMA DINÁMICO.

También descubrimos que es un SISTEMA NO-LINEAL, encuadrado dentro de lo que se conoce como Teoría Matemática del Caos. Eso nos dice que es muy difícilmente predecible y que pequeñísimas variaciones en cualquiera de sus partes o elementos, puede provocar enorme variaciones en todo el conjunto o en algunas de sus partes.

Por ahora sabemos que el sistema «mercados financieros» es abierto, dinámico y no lineal, de tipo caótico.

HORMIGAS Y OTRA VARIABLES

Justo en este punto vamos a tomar una pequeña desviación, que nos va a dar probablemente otra posible característica genérica de este archicomplejo sistema.

Recuerdo que en un día de principio de primavera, después de mi habitual paseo, me senté en un banco. Clavé la vista en el suelo y una cantidad enorme de hormigas andaban atareadas para aquí y para allá.

Yo estaba dándole vueltas a las variables con las que debería enfrentarme para definir el sistema “mercados”. ¿Sería un número finito? ¿Tendería a infinito? ¿Cuántas serían ocultas? ¿Podrían, al menos, definirse por grupos concretos, aunque no pudieran cuantificarse?

Y, en esas, vinieron las hormigas a echarme una mano.

Allí las tenía, a mis pies. A miles. Por decenas de miles, mejor. Unas hacia aquí, otras hacia allá. Las más marcando senderos de ida y vuelta, las menos sin aparente destino. Las unas ocupadas, cargadas. Las otras no. A veces chocándose, pero en un caos aparentemente bien organizado.

Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones ocultas en el hormiguero.

Imaginé que cada hormiga individual era un activo del mercado. ¿Cómo podría predecir el próximo movimiento de cualquier elemento de aquella vorágine de individuos? ¿Siguiendo sólo a ese individuo? ¿Siguiendo al grupo del que forma parte? ¿Descubriendo las leyes que mueven a todo el hormiguero?

Y si quisiera descubrir qué ocurría con todo el hormiguero; cuál era su estado actual o cual su propósito final, ¿cuál sería el camino más correcto?

CONTANDO HORMIGAS PEREZOSAS

Supongamos que fuese capaz de identificar y numerar TODAS las hormigas del hormiguero (o todas las variables del sistema). Podría computar sus movimientos una a una, sus idas y venidas, sus cargas y descargas, sus tareas. Y, todavía más, ¿podría llegar a prever y anticipar sus movimientos?

Recuerdo en este punto que hace un tiempo leí que un estudio así ya había sido realizado por un grupo de científicos, descubriendo (para su sorpresa) que estudiando por separado a sus individuos, una buena parte de las “siempre laboriosas” hormigas realmente eran una holgazanas consumadas, que andaban de aquí para allá sin destino ni provecho [como muchos de los activos en los mercados, añadiría yo].

Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones en el hormiguero.

Pero volvamos al supuesto anterior: ¿analizar TODAS las variables posibles del sistema nos aportaría gran información? Concluí que mucha información, sí; pero seguramente su valor en conjunto fuese irrelevante, en gran parte, por contradictoria. Unas van, otras vienen, unas cargan, otras no, unas salen, otra se quedan…

¿Y si las estudiásemos por grupos? Un estudio de tipo modular [llamémosle sectorial, si pensamos en el mercado]. Describir los distintos tipos de tareas y estudiar como una única variable grupal a todas las hormigas del hormiguero dedicadas a cada determinada labor.

Eso parecería más lógico y asumible. Sin embargo, cómo podemos estar seguros de que no existen interacciones entre grupos, o que los grupos se componen y descomponen, o que forman unidades más o menos fijas en su composición y funciones.

Y, no sólo eso. Qué nos diría sobre el objeto del hormiguero en su conjunto, la tarea puntual de un grupo de obreras, de soldados o de exploradoras. Probablemente continuaremos sin saber su dimensión real, ni siquiera de los grupos que la componen.

Al final llegó hasta mí la inspiración: el hormiguero es un sistema orgánico complejo. NO importa cuantos elementos lo componen, ni cuántos grupos, ni subgrupos, ni sus ocupaciones fijas o momentáneas.

Las variables que lo componen NO TIENEN NINGUNA IMPORTANCIA, porque el ente, el sistema, el organismo en un SUPERORGANISMO. El hormiguero en su conjunto es una unidad, y sus reglas son claras: sobrevivir, reproducirse y expandirse, creando nuevos hormigueros. Las variables que lo componen son irrelevantes porque es un SISTEMA HOLÍSTICO.

El Holismo considera que el «todo» es un sistema más complejo que la simple suma de sus partes constituyentes o, en otras palabras, que su naturaleza como ente no es derivable de sus elementos constituyentes. Postula cómo estos sistemas y sus propiedades deben ser analizados en su conjunto y no a través de los elementos que los componen. Analiza y observa el sistema como un todo integrado y global que, en definitiva, determina cómo se comportan las partes y no al revés.

Las variables que lo componen NO TIENEN NINGUNA IMPORTANCIA. El hormiguero (como el sistema «mercados») es un SUPERORGANISMO.

Hasta ahora sabíamos que el sistema «mercados financieros» era abierto, dinámico y no lineal, de tipo caótico. Ahora sabemos también que es holístico, como lo que el valor de la identificación y estudio de sus partes o variables probablemente sólo nos aportará información parcial y poco relevante sobre el conjunto del sistema. Una vía que sólo un trader 3.0 sabe que no vale la pena transitar. O al menos, dedicar grandes esfuerzos.

Y este es un buen punto donde dejarlo por hoy.


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Por si quieres echar un vistazo aquí tienes otros artículos que he dedicado al tema:

Sólo para Traders 3.0

Esto que sigue es SÓLO para vosotros, traders 3.0. Porque sois unos valientes y no os da miedo mirar a la complejidad a los ojos y desafiarla.

El Caos y la Hipótesis Tóxica

En el trading, el caos es toda la parte en blanco que hay a la derecha de la última vela dibujada.

Trading, Caos, Sistemas y una Mariposa

Todo problema se define y se resuelve descubriendo a qué tipo de sistema nos enfrentamos.

De Hormigas y Otras Variables

Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones más dentro del hormiguero.

Sólo Para Traders 3.0

Sólo Para Traders 3.0

Es como si estuviese escuchando a la “brigada Talibán”, defensora de las esencias del trading tradicional desde hace cien años: “¡el tipo se ha vuelto loco! ¡Nunca pereció muy cuerdo, pero ahora ya ha perdido el poco juicio que parecía tener! Pero, ¿acaso pretende hacernos creer que para operar en los mercados hay que conocer de teorías del caos, sistemas complejos y funciones no lineales?”

Evidentemente que NO. Para operar en los mercados lo único que hace falta es comprar a un buen precio y vender a otro mejor. Sólo eso. La experiencia y la prudencia, ayudan; pero no se necesita mucho más.

Entonces, ¿para qué meternos en todas estas extrañas profundidades teóricas?

Para operar en los mercados lo único que hace falta es comprar a un buen precio y vender a otro mejor. Sólo eso.

En primer lugar, porque hace tiempo que algunos amigos me insistían en que lo pusiera por escrito; en segundo, porque no he descubierto en la “tradersfera” hispana documentación de este estilo, y me parecía una lástima, como si nadie se preocupase por ello, o como si a nadie le importase; y, en tercero, porque ahora me apetece hacerlo. Y probablemente durará hasta que vosotros, lectores, dejéis de interesaros o yo me canse y prefiera dedicarme a otra cosa. Lo que ocurra antes.

Como alguna vez expliqué, para mí el trading se parece mucho a un reloj clásico, de esos de bolsillo y con cadena. Por el lado de las manecillas, hay unas reglas sencillas y todos aprendemos de muy pequeños a leer las horas. Ahora estamos en el otro lado, el del mecanismo, intentando descubrir (hasta donde nos sea posible) cuales son los principios físicos y mecánicos bajo los que ese enjambre de ruedas, ruedecillas y muelles, funcionan, por grupos y en conjunto. Si a alguien no le apetece, que vuelva del lado de las manecillas, que incluso en esta misma web encontrará bastante de eso.

Mecanismo de Anticitera

Esto que sigue es SÓLO para vosotros, traders 3.0. Porque sois unos valientes y no os da miedo mirar a la complejidad a los ojos y desafiarla.

De todos modos sé [porque a muchos os conozco, y a otros os intuyo] que existe un grupo de traders que NO SE CONFORMAN [no nos conformamos] con explicaciones simplistas y trazos gruesos. Yo os llamo «traders 3.0» y sois aquellos que aspiran más al conocimiento que a la simple información. Que no nos creemos las explicaciones tradicionales y siempre queremos más. Esto que sigue es SÓLO para vosotros, que lo sepáis. Porque sois unos valientes y no os da miedo mirar a la complejidad a los ojos y desafiarla.

Pero como somos muchos más de los que creéis/creemos, estaría bien y sería de agradecer que, si os gusta el fondo y la forma de estos artículos, los impulsaseis a través de RT en las RR.SS. [hay unos bonitos botones al principio y final de todas las entradas para hacerlo], porque así ayudaréis a otros Traders 3.0 a descubrirlos y a seguir creciendo desde aquí. [Ya veis que este sitio web NO LLEVA PUBLICIDAD, sí que no hay clickbait oculto, simple afán de compartir y aportar].

Por si queréis echar un vistazo ordenado aquí tenéis un listado de los artículos que, por ahora, hemos dedicado al tema:

El Caos y la Hipótesis Tóxica

En el trading, el caos es toda la parte en blanco que hay a la derecha de la última vela dibujada.

Trading, Caos, Sistemas y una Mariposa

Todo problema se define y se resuelve descubriendo a qué tipo de sistema nos enfrentamos.

De Hormigas y Otras Variables

Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones más dentro del hormiguero.

Trading, Caos, Sistemas y una Mariposa

Trading, Caos, Sistemas y una Mariposa

Un día u otro teníamos que llegar a este punto. Y llegó el día.

Te lo advierto antes de empezar: si eres feliz con las cosas que aprendiste hasta hoy sobre trading y los mercados, y ese conocimiento te han colmado de dicha y éxito, vuelve atrás y no pases de aquí.

Si aplicas una fuerza, pasa X; y si aplicas el doble de fuerza debería pasar 2X… Pero en trading, eso NO pasa prácticamente NUNCA. Y lo sabes.

Pero si tu mente cuadriculada de técnico no se conforma con todas esas explicaciones, te pasa como a mí, y vas a seguir incómodo e intranquilo hasta que abras esa puerta.

Tu mente (como la mía) no entiende por qué en el trading NO funciona lo que nos enseñaron desde el colegio, lo que desde siempre se mostró como cierto: si aplicas una fuerza, pasa X; y si aplicas el doble de fuerza debería pasar 2X… Y en trading, eso NO pasa prácticamente NUNCA.

Nueva oportunidad para dejarlo aquí. En serio, hay millones de webs que te explicarán que esto del trading es fácil, que es cuestión de seguir cuatro reglas sencillas y ya puedes ir pensando en dejar tu aburrido trabajo y a tu insoportable jefe.

Es el momento de escoger, Neo: «pastilla roja» o «pastilla azul»

¿Sigues aquí? Pues, ¡sea! Tú lo has querido.

LOS MERCADOS SON UN SISTEMA

¡TODO es un SISTEMA, maldita sea! El universo entero es un puñetero sistema. Lo grande, lo pequeño y lo infinitesimal son siempre SISTEMAS. Y, como decía mi admirado profesor (el de “no me lo expliques, ¡hazlo!” o “le sobran la mitad de líneas a ese código”), todo problema se define y se resuelve descubriendo antes a qué tipo de sistema nos enfrentamos.

Muy bien, querid@: ¿te has sentado alguna vez a pensar QUÉ TIPO de sistema son los mercados financieros?

Te voy a ayudar: para nuestra fortuna, los mercados financieros son un SISTEMA que INTERCAMBIA INFORMACIÓN, y eso es para nosotros una excelente noticia, porque si no lo íbamos a tener muy crudo.

Todo problema se define y se resuelve descubriendo a qué tipo de sistema nos enfrentamos.

Y ahora es cuando te descubro la segunda característica apreciable de este portentoso sistema: es un SISTEMA NO LINEAL. Y nuestra cabecita de técnicos está acostumbrada a los sistemas lineales; a que si A -> B y si 2A -> 2B. Pero este sistema NO funciona así (y lo sabes bien, aunque hasta hoy te lo estuvieras negando a ti mismo).

Ante esa perspectiva sólo hay dos posibilidades:

  1. cerrar los ojos, hacer ver que sí, inventarse reglas simples que funcionen (o no) en un tanto por ciento aceptable; o,
  2. asumirlo y volver a la Teoría Matemática de Caos, que es donde mejor se nos explica cómo funcionan estos sistemas no lineales.

UNOS GRAMOS DE TEORÍA DEL CAOS

«Unos gramos» quiere decir un par de apuntes; lo suficiente para entender el problema y poder cambiar nuestro esquema mental, sin llegar al dolor de cabeza.

Durante muchos años, de hecho hasta finales del siglo XIX, los científicos estaban convencidos que bastaba con el conocimiento de unas cuantas leyes físicas para poder predecir cualquier suceso en el tiempo y el espacio. Bastaba con tener la Ley bien definida y aplicarla con precisión. A eso se le llamaba “determinismo”.

Pero pronto empezaron los problemas. Gracias a Newton podían conocer con perfecta exactitud la posición de 2 cuerpos en el espacio en un momento concreto. A esto se le conoce como “el problema de los 2 cuerpos”. Sin embargo, ese mismo problema, pero planteado con 3 cuerpos hasta el día de hoy NO ha podido ser resuelto. (Realmente se puede predecir la posición de los cuerpos, pero utilizando aproximaciones numéricas). El determinismo estaba malherido, porque una “bestia” desconocida se había colado por una rendija.

Saltamos hasta 1961. Un matemático y meteorólogo estadounidense llamado Edward Lorentz, sería el primero que, por accidente, llegó a descubrir la “bestia” desconocida.

El famoso «atractor» de Lorentz

Un día trabajaba en su ordenador haciendo cálculos y predicciones del clima, como de costumbre. Quiso volver a rehacer ciertas simulaciones pasadas pero, para ganar tiempo (este tipo de cálculos complejos predictivos son muy largos, incluso en los más potentes ordenadores), empezó en un punto intermedio y redondeó algo los valores, nada más allá de una milésima o diezmilésima de un valor previo.

Pero para su sorpresa, la computadora le devolvió  resultados completamente diferentes a los que obtuvo en la primera simulación. Lorentz conocía la complejidad del “sistema” de la física atmosférica, pero que pequeñísimas variaciones acabasen generando escenarios que prácticamente no se parecían en NADA, lo dejó perplejo. Todo ello por la modificación de una milésima en un cálculo intermedio. (Este es el origen del famoso “Efecto Mariposa”, pequeños cambios imperceptibles pueden causar efectos enormes al final del proceso o al otro lado del planeta).

El descubrimiento de Lorentz abrió todo un debate en el campo de las matemáticas y la Ciencia en general.

La Teoría del Caos se aplica a sistemas como la dinámica de fluidos, la formación de los cristales de hielo, las epidemias y, efectivamente, los mercados financieros.

Estábamos acostumbrados a encarar sistemas lineales: por ejemplo, si disparamos un cañón y corregíamos unos grados su inclinación, la bala caerá en un lugar próximo al anterior, un poco más cerca o un poco más lejos; pero en un “sistema” como el que Lorentz acababa de descubrir, con una desviación mínima, el obús podía ir directamente a la Luna, o a Marte.

Estos sistemas de comportamiento aparentemente impredecible, eran en realidad, muy sensibles a las condiciones iniciales. Y es aquí donde nace la Teoría Matemática del Caos. La Teoría del Caos se encarga de estudiar este tipo de sistemas.

Y, a partir de ese punto se empezaron a descubrir una larga serie de sistemas que se ajustaban a esos principios matemáticos, como, por ejemplo el movimiento de fluidos, la formación de los cristales de hielo, el péndulo magnético, las epidemias infecciosas y, efectivamente, los mercados financieros.

Así que, resumiendo: el de los mercados financieros es (por ahora) un SISTEMA no lineal, de tipo caótico y que intercambia información.

La vida era más fácil antes, con el HCH y cuatro reglas simples, ¿verdad?

Les advertí que no pasasen la línea… Ahora ya están perdidos.


Por si quieres echar un vistazo aquí tienes otros artículos que he dedicado al tema:

Sólo para Traders 3.0

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El Caos y la Hipótesis Tóxica

En el trading, el caos es toda la parte en blanco que hay a la derecha de la última vela dibujada.

Trading, Caos, Sistemas y una Mariposa

Todo problema se define y se resuelve descubriendo a qué tipo de sistema nos enfrentamos.

De Hormigas y Otras Variables

Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones más dentro del hormiguero.

El Caos y La Hipótesis Tóxica

El Caos y La Hipótesis Tóxica

Este es, y debe ser, un artículo en varios movimientos, como un concierto barroco. Es el «castigo» (espero que amable) que merecen todos aquellos que me piden algo de base teórica para saber por dónde deambula mi alocada cabeza.

…»O Yo o el Caos»

No ha mucho publiqué un twit en el que, ante la disyuntiva del «o yo o el caos» me manifestaba completamente favorable a escoger siempre el caos. Aunque el contexto era otro, yo jugué con un doble sentido que hoy pienso desvelar.

Matemáticamente pocas cosas tan hermosas y apasionantes como la Teoría del Caos, una bestia esquiva que esconde en su interior todo lo que puede ser, lo que podría llegar a ser y lo que nunca será.

Y, para mí y en el trading, el caos vive en toda la parte en blanco que hay a la derecha de la última vela dibujada. Ese es mi caos, al que amo y respeto, porque sé que nunca alcanzaré.

En el trading, el caos es toda la parte en blanco que hay a la derecha de la última vela dibujada

¿Es en Trading lo Teórico Inútil?

Empezaré con unos fragmentos extraídos del weblog Complejidad del físico y catedrático Miguel A. F. Sanjuán, un catedrático de física leonés de fama mundial en el campo del caos y los sistemas complejos:

«Tradicionalmente estamos acostumbrados a pensar en ciencia teórica y en ciencia aplicada, sin embargo la teoría de la complejidad está estableciendo una nueva relación entre la ciencia teórica y la aplicada. Esta reflexión, debida al físico israelí Sorin Solomon, profesor de la Hebrew University of Jerusalén, establece que (…) cuando la tecnología actúa sobre la información, la ciencia aplicada consiste frecuentemente en operaciones de tipo abstracto aplicadas a temas de la información de la vida real. De modo que deberíamos acostumbrarnos a la expresión Ciencia Aplicada Teórica«.

«Ciencia Aplicada Teórica». Salvando las evidentes distancias, ¿a qué viene esto? Pues, a mi extraordinaria tozudez en mirarme constantemente los mercados financieros con ojos de extraño. De niño, sería mejor decir. En exigirme continuamente el desaprendizaje de lo poco que sé para ser capaz de entender lo evidente que, por obvio, a veces se nos escapa.

Los niños tienen la extraordinaria facultad de hacer preguntas simples y, en su aparente simplicidad, de vez en cuando nos meten en serios apuros.

Darwin Pensó como un Niño

Cuando Charles Darwin paseaba por parajes americanos, descubriendo cada día docenas de nuevas especies de animales e insectos, quizás no dejara de preguntarse “¿por qué tanta diversidad?” o, mejor, “¿para qué tanta diversidad?” Seguramente sería la pregunta que haría cualquier niño. Sincera, espontánea y tremendamente lógica.

Sin duda, a cualquier niño de la época le explicarían la misma razón que Darwin habría escuchado mil veces de pequeño: que «Dios lo quiso y lo creó así«. Tema zanjado y sin réplica posible.

Sin embargo, Darwin (que no era en absoluto ateo, más bien todo lo contrario) siguió pensando en el problema y acabó desarrollando una explicación mejor, científica y plausible. Su mérito fue el de seguir preguntándose como un niño y atreverse a afrontar una respuesta diferente.

Respuesta que, todo sea dicho, le causó todo tipo de burlas y descalificaciones por parte de los sectores más tradicionalistas y reaccionarios. Pero, tenía razón.

Mandelbrot y la Hipótesis Tóxica

Hace ya 40 años, Benoît Mandelbrot, uno de los matemáticos más que eminentes de nuestros tiempos (es el padre de los fractales) ya había demostrado que la hipótesis de los mercados eficientes era matemáticamente incorrecta. Hizo algunos cálculos y concluyó que si la hipótesis fuera correcta, la probabilidad de que un índice de Bolsa cayera un 7% en un determinado día sería tan baja que sólo ocurriría una vez cada 300.000 años. Sin embargo, sólo en los últimos 100 eso ha ocurrido en medio centenar de ocasiones.

Efectivamente, los mercados NO son eficientes. Se pueden llenar de productos tóxicos y colapsarse. Ya quedó demostrado en 2008. Pero mantener esa tesis justificaba la oposición frontal a su regulación.

Hace ya 40 años, Benoît Mandelbrot demostró que la hipótesis de los mercados eficientes era matemáticamente incorrecta.

Curiosamente, alguno de los creadores más destacados de la teoría de los mercados eficientes como William Sharpe, Harry Markowitz y Merton Miller recibieron el Nobel de Economía en 1990 precisamente por sostener que sí que lo eran. Pero también Myron Scholes y Robert Merton lo recibieron en 1997 y ambos estaban en el consejo rector del más famoso de los hedge funds quebrados, el Long Term Capital Management, que colapsó con estrépito en octubre de 1998.

Todo eso llevó a escribir cosas tan impactantes como la columna titulada “Eliminen el Premio Nobel de Economía” en la que Christopher Swann, prestigioso columnista de Reuters, publicó en 2009 en distintos medios.

Y en este punto es cuando un niño tira de la pernera de mi pantalón y me pregunta: “señor mayor, ¿por qué los matemáticos no se hacen ricos en los mercados?” Y yo le contesto que se vaya a jugar mientras pienso en la respuesta. ¡Maldita lógica infantil!


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El Bar “El Farol” o Por Qué Buscar Nuevos Métodos

El Bar “El Farol” o Por Qué Buscar Nuevos Métodos

El caso del bar “El Farol” es un problema planteado en el marco de la teoría matemática de juegos y de una aplicación en los mercados bursátiles tan evidente que no hará falta ni detallarla demasiado.

Esta es una de las razones que me impulsa a pensar que investigar nuevos métodos y herramientas de trading tiene matemáticamente sentido.

Se basa en una anécdota real acontecida en un bar de la ciudad de Santa Fe (Nuevo México) llamado “El Farol” y fue planteado inicialmente por el economista W. Brian Arthur en 1994.

El planteamiento del problema es el siguiente: En Santa Fe hay un número finito de personas. El jueves por la noche, todo el mundo desea ir al Bar “El Farol”. Sin embargo, “El Farol” es un local muy pequeño, y no resulta agradable si está demasiado lleno. Así pues, existen las siguientes “reglas” en el lugar:

  • Si menos del 60% de la población va a ir al bar, entonces es más divertido ir al bar que quedarse en casa.
  • Si más del 60% de la población va a ir al bar, entonces es menos divertido ir al bar que quedarse en casa.

Por desgracia, todo el mundo ha de decidir si ir o no ir al bar al mismo tiempo y no es posible saber por anticipado cuánta gente ha decidido ir.

La importancia del problema estriba en que no importa que método (determinista) siga cada persona para decidir que hacer: si todo el mundo usa el mismo método está garantizado que el método será inefectivo.

Si todo el mundo usa el mismo método y éste sugiere que el bar no estará lleno, entonces todo el mundo acudirá, por lo que el bar estará repleto. Del mismo modo, si todo el mundo usa el mismo método y éste sugiere que el bar estará repleto, entonces nadie acudirá y, por lo tanto, el bar estará vacío.

Lo mismo podemos aplicar a la gente que opta por un camino u otro para evitar el atasco. Si todos utilizan en mismo método de decisión, todos acudirán siempre a la misma calle y se colapsarán, mientras que la ruta alternativa estará vacía.

Si todo el mundo usa el mismo método (sea el que sea) está garantizado que el método será inefectivo.

Así pués, cuanto mayor sea el número de personas que utilicen un mismo método para tomar una determinada decisión [por ejemplo, de trading], por bueno que sea ese método, acabará con el Bar “El Farol” lleno o vacío [pánicos alcistas/bajistas o, coloquialmente, ‘calentones‘], pues todo el mundo tenderá a tomar la misma decisión de compra o venta en el mismo momento.

La disposición de distintos métodos deterministas ofrecerá una mejor operativa por el simple hecho de ser distintos. Si, además, su nivel de fiabilidad es bueno o equiparable, el resultado será mejor para todos pues [en el caso del trading] las posiciones y situación de mercado nos permitirán operar mejor. Lo más previsible es potencialmente menos eficiente.

Es una de las razones que me impulsa a pensar que investigar nuevos métodos [y nuevas herramientas] de trading tiene sentido, también matemáticamente.