
Sobre Análisis, Analistas y Probabilidades
…O cómo hacer callar a cualquier bocazas con un 96,3% de éxito
Probablemente la principal innovación de la Teoría Matemática de la Información de Shannon es considerar la información como una medida estadística de probabilidad de ocurrencia de un suceso o señal en un mensaje.

Este hecho [en el que ahora mismo no voy a profundizar] nos permite dos derivadas: la posibilidad de calcular de una forma precisa los anchos de banda [o, lo que es lo mismo, el número de bits necesarios para transmitir señales de un código cualquiera, sea el que sea] y la creación del concepto de Entropía Informativa, que es la medida del grado de desorden que se da entre elementos dispares dentro de un sistema cerrado o, dicho de otro modo, la probabilidad de ocurrencia de un determinado mensaje. [Lamento estar hoy especialmente espeso en la temática, pero no veo otra manera de explicarlo].
Puede haber diferentes formas de establecer el cálculo del número de bits necesario para codificar lo que podríamos denominar un “mensaje bursátil“. Sin entrar en más detalles, la estructura más simple sería considerar como elemento primordial al tick y contemplar sólo tres posibilidades: que a un tick determinado le siga
- un tick positivo [aumento de precio / +1]
- un tick neutral [mismo precio / ø]
- un tick negativo [disminución del precio / -1]
Considerando este modelo elemental, la fórmula de Shannon derivada del Teorema de Shannon-Hartley y aplicable para una fuente sin memoria [que sería nuestro caso] nos exige un mínimo de 2 bits para codificarlo completamente en esta forma más simple.
La primera aplicación práctica [y la que hoy me interesa traer hasta aquí] sería el cálculo de probabilidades de una sucesión eventos dentro de este modelo informacional-bolsístico. O, si lo prefieren, podemos intentar desvelar las probabilidades matemáticas de éxito de cualquier predicción.
A la vista de este modelo y desde el punto de vista más neutral, acertar la dirección del próximo tick [que podríamos extrapolar a barra o vela] es de 1/3 o, lo que es lo mismo, de un 33,33%.
Sólo tendremos un 3,7% de probabilidades de acertar la dirección de tres ticks o velas sucesivos frente a un 96,3% de errar esta pequeña sucesión de eventos ordenados
Así, en diario, cualquiera puede lanzar una predicción sobre lo que ocurrirá mañana [con respecto a hoy], con un 33% de posibilidades de acertar, diga lo que diga.
Pero, otra cosa diferente sería pretender acertar la dirección de los dos próximos ticks o velas [p. ej.: +1 y -1]. En este caso las probabilidades de éxito se reducen al 11,11%. Mucho más complicado es adivinar la dirección de tres ticks o velas próximos sucesivos, pues ya sólo tendremos un 3,7% de probabilidades de acertar frente a un 96,3% de errar esta pequeña sucesión de eventos ordenados. El conocimiento de algunas técnicas de AT y la experiencia quizás nos haga mejorar esas expectativas, que es lo que diferencia a un buen trader de alguien que operase completamente al azar.
Por completar la idea y que se hagan una idea de lo complicado estadísticamente que resultan las predicciones, acertar el recorrido de cinco velas o ticks sucesivos tiene una probabilidad de un 0,41% ; y, establecer sin errar ni una sola vez la dirección (simplemente diciendo “sube, baja o igual que el día anterior”) y orden de diez ticks o velas consecutivas es del 0,0000169%, o para entenderlo mejor, ocurrirá 16,9 veces por cada millón de intentos.
Un buen analista es un especialista que merece respeto y admiración. Habla de dirección, de niveles, de soportes, de puntos de giro y de precios objetivos; y sólo los mejores y más expertos, del timing.
La paradoja [y el truco] es que, sin embargo, predecir que un determinado activo dentro de 10 ticks [o barras, o velas…] estará por encima, por debajo o igual que el valor actual vuelve a tener una probabilidad del 33,33%, y si consideramos que la igualdad es mucho más improbable, se acercará al 50%.
Para volver a tener esas muchas probabilidades intactas basta con guardarse o de hablar de tiempo o proporcionar un valor exacto de desplazamiento.
Así pues, una buena predicción analítica debería [como mínimo] incluir dos factores de los mencionados: dirección y tiempo o dirección y amplitud del movimiento. Señalar sólo dirección, lo diga quien lo diga, ya sea después de mucho estudio o después de tres copas en un bar, tiene la misma probabilidad de cumplirse: sobre un 50%. No tiene más mérito. Como lanzar una moneda al aire.
Un buen analista es un especialista que merece respeto y admiración. Habla de dirección, de niveles, de soportes, de puntos de giro y de precios objetivos; y sólo los mejores y más expertos, del timing. Y siempre con la prudencia de recordar que esto es un juego estadístico y que toda previsión puede fallar. Lo otro [vociferar ¡sube! o ¡baja!] lo puede hacer cualquiera.
Si quieren desenmascarar al bocazas de turno sólo tienen pedirle el vaticinio de la simple sucesión de las tres próximas velas y apostar contra él. Las probabilidades están abrumadoramente en nuestro favor [ya saben, 96,3%] y con eso habrá más que suficiente para hacerlo callar.