
El Caos y La Hipótesis Tóxica
Este es, y debe ser, un artículo en varios movimientos, como un concierto barroco. Es el «castigo» (espero que amable) que merecen todos aquellos que me piden algo de base teórica para saber por dónde deambula mi alocada cabeza.
…»O Yo o el Caos»
No ha mucho publiqué un twit en el que, ante la disyuntiva del «o yo o el caos» me manifestaba completamente favorable a escoger siempre el caos. Aunque el contexto era otro, yo jugué con un doble sentido que hoy pienso desvelar.

Matemáticamente pocas cosas tan hermosas y apasionantes como la Teoría del Caos, una bestia esquiva que esconde en su interior todo lo que puede ser, lo que podría llegar a ser y lo que nunca será.
Y, para mí y en el trading, el caos vive en toda la parte en blanco que hay a la derecha de la última vela dibujada. Ese es mi caos, al que amo y respeto, porque sé que nunca alcanzaré.
En el trading, el caos es toda la parte en blanco que hay a la derecha de la última vela dibujada
¿Es en Trading lo Teórico Inútil?
Empezaré con unos fragmentos extraídos del weblog Complejidad del físico y catedrático Miguel A. F. Sanjuán, un catedrático de física leonés de fama mundial en el campo del caos y los sistemas complejos:
«Tradicionalmente estamos acostumbrados a pensar en ciencia teórica y en ciencia aplicada, sin embargo la teoría de la complejidad está estableciendo una nueva relación entre la ciencia teórica y la aplicada. Esta reflexión, debida al físico israelí Sorin Solomon, profesor de la Hebrew University of Jerusalén, establece que (…) cuando la tecnología actúa sobre la información, la ciencia aplicada consiste frecuentemente en operaciones de tipo abstracto aplicadas a temas de la información de la vida real. De modo que deberíamos acostumbrarnos a la expresión Ciencia Aplicada Teórica«.
«Ciencia Aplicada Teórica». Salvando las evidentes distancias, ¿a qué viene esto? Pues, a mi extraordinaria tozudez en mirarme constantemente los mercados financieros con ojos de extraño. De niño, sería mejor decir. En exigirme continuamente el “desaprendizaje” de lo poco que sé para ser capaz de entender lo evidente que, por obvio, a veces se nos escapa.
Los niños tienen la extraordinaria facultad de hacer preguntas simples y, en su aparente simplicidad, de vez en cuando nos meten en serios apuros.
Darwin Pensó como un Niño
Cuando Charles Darwin paseaba por parajes americanos, descubriendo cada día docenas de nuevas especies de animales e insectos, quizás no dejara de preguntarse “¿por qué tanta diversidad?” o, mejor, “¿para qué tanta diversidad?” Seguramente sería la pregunta que haría cualquier niño. Sincera, espontánea y tremendamente lógica.

Sin duda, a cualquier niño de la época le explicarían la misma razón que Darwin habría escuchado mil veces de pequeño: que «Dios lo quiso y lo creó así«. Tema zanjado y sin réplica posible.
Sin embargo, Darwin (que no era en absoluto ateo, más bien todo lo contrario) siguió pensando en el problema y acabó desarrollando una explicación mejor, científica y plausible. Su mérito fue el de seguir preguntándose como un niño y atreverse a afrontar una respuesta diferente.
Respuesta que, todo sea dicho, le causó todo tipo de burlas y descalificaciones por parte de los sectores más tradicionalistas y reaccionarios. Pero, tenía razón.
Mandelbrot y la Hipótesis Tóxica
Hace ya 40 años, Benoît Mandelbrot, uno de los matemáticos más que eminentes de nuestros tiempos (es el padre de los fractales) ya había demostrado que la hipótesis de los mercados eficientes era matemáticamente incorrecta. Hizo algunos cálculos y concluyó que si la hipótesis fuera correcta, la probabilidad de que un índice de Bolsa cayera un 7% en un determinado día sería tan baja que sólo ocurriría una vez cada 300.000 años. Sin embargo, sólo en los últimos 100 eso ha ocurrido en medio centenar de ocasiones.

Efectivamente, los mercados NO son eficientes. Se pueden llenar de productos tóxicos y colapsarse. Ya quedó demostrado en 2008. Pero mantener esa tesis justificaba la oposición frontal a su regulación.
Hace ya 40 años, Benoît Mandelbrot demostró que la hipótesis de los mercados eficientes era matemáticamente incorrecta.
Curiosamente, alguno de los creadores más destacados de la teoría de los mercados eficientes como William Sharpe, Harry Markowitz y Merton Miller recibieron el Nobel de Economía en 1990 precisamente por sostener que sí que lo eran. Pero también Myron Scholes y Robert Merton lo recibieron en 1997 y ambos estaban en el consejo rector del más famoso de los hedge funds quebrados, el Long Term Capital Management, que colapsó con estrépito en octubre de 1998.
Todo eso llevó a escribir cosas tan impactantes como la columna titulada “Eliminen el Premio Nobel de Economía” en la que Christopher Swann, prestigioso columnista de Reuters, publicó en 2009 en distintos medios.
Y en este punto es cuando un niño tira de la pernera de mi pantalón y me pregunta: “señor mayor, ¿por qué los matemáticos no se hacen ricos en los mercados?” Y yo le contesto que se vaya a jugar mientras pienso en la respuesta. ¡Maldita lógica infantil!
Por si quieres echar un vistazo aquí tienes otros artículos que he dedicado al tema:
Sólo para Traders 3.0
Esto que sigue es SÓLO para vosotros, traders 3.0. Porque sois unos valientes y no os da miedo mirar a la complejidad a los ojos y desafiarla.
El Caos y la Hipótesis Tóxica
En el trading, el caos es toda la parte en blanco que hay a la derecha de la última vela dibujada.
Trading, Caos, Sistemas y una Mariposa
Todo problema se define y se resuelve descubriendo a qué tipo de sistema nos enfrentamos.
De Hormigas y Otras Variables
Allí estaban todas mis variables, en una danza caótica y de imposible cuantificación. Decenas de miles a la vista y quizás millones más dentro del hormiguero.